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VITAMINA C
La vitamina C también conocida como ácido ascórbico, es fundamental para reforzar nuestro sistema inmunológico, aumentando las defensas del organismo, ya que favorece la producción de fagocitos y linfocitos, células que desempeñan un papel fundamental en la lucha contra agentes externos. También hay que decir que la vitamina C ayuda a fijar el hierro y tiene una función antioxidante importante, por este motivo está recomendada en las personas que realizan ejercicio físico para prevenir el daño oxidativo celular.
Existen 200 variedades de resfriados lo que significa que la vitamina C no es capaz de atacar a cada una de ellas; lo que hacen este tipo de sustancias inmunomoduladoras es aumentar nuestras defensas para evitar el contagio y en el caso de que nos contagiemos, paliar los síntomas, haciendo el proceso más llevadero y menos duradero.
Podemos tomar vitamina C a través de nuestra dieta; son alimentos ricos en vitamina C los cítricos, los pimientos, los kiwis, el kale, las fresas, el brócoli….pero también tenemos la alternativa de tomarla como suplemento alimenticio, en cuyo caso observaréis que suele ir acompañada de bioflavonoides. Los bioflavoniodes son pigmentos vegetales que ayudan a la absorción de la vitamina C, además de tener una función antiinflamatoria y mejorar la longevidad de la vitamina en el organismo.
Se recomiendan tomar 1000 mg. de vitamina C al día, o 500 mg. si la persona consume frutas y verduras ricas en vitamina C que lo complementan. Si la persona está padeciendo un proceso gripal o catarral puede llegar a tomar 2000 mg. de vitamina C. Recordad que la vitamina C es hidrosoluble.
La echinácea es conocida como moduladora del sistema inmune, ayuda a prevenir resfriados y como remedio eficaz contra la gripe. A diferencia de los antibióticos convencionales que atacan a las bacterias que producen estos posesos, la echinácea, aumenta la producción de células del sistema inmune (leucocitos), para que sea nuestro propio organismo el que ataque al agente extraño, disminuyendo los síntomas y el tiempo de recuperación en la convalecencia.
La echinácea también ayuda en afecciones de la piel como psoriasis y ezcema. Así como también alivia los síntomas del herpes, de la bronquitis o de la candidiasis.
Podemos tomar echinácea en infusión, en gotas o en cápsulas. De entre las distintas especies de echinácea que existen, las que se comercializan son la purpúrea, la angustifolia o la pallida.
La echinácea también tiene funciones antiinflamatorias, por este motivo tomada durante un proceso catarral mejora los síntomas considerablemente.
AJO
El ajo es un ingrediente fundamental en la cocina mediterránea, y como planta medicinal desde el siglo VII se ha valorado como uno de los medicamentos más valorados.
El bulbo de ajo contiene aceites esenciales y compuestos azufrados aliína, alicina, garlicina y ajoeno. Otros compuestos del bulbo de ajo son las proteínas, flavonoides, saponinas, minerales (fósforo, potasio, zinc, azufre), aminoácidos, terpenos, adenosina, vitaminas A, B y C.
El efecto antihipertensivo del ajo se debe a sus compuestos azufrados. El ajo tiene además actividad antioxidante, tiene un efecto inmunomodulador y propiedades antibacterianas, inhibiendo el crecimiento de bacterias y hongos gracias a la acción de la alicina y el ajoeno principalmente.
El ajo lo encontramos como complemento alimenticio en forma de cápsulas. También podemos encontrar ajo negro (ajo fresco fermentado con agua de mar) que tiene más cantidad de principio activo que el ajo común así como una cantidad de SOD (superoxido dismutasa) exagerada, de ahí su gran poder antioxidante.
Lo podemos consumir fresco o encapsulado, siendo éste último más fácil de tomar, al no tener sabor ni olor y resultar más digestivo.
HONGOS
Hongos como el maitake, el reishi o el shiitake poseen una gran cantidad de compuestos fitoquímicos, y compuestos anticancerosos, con capacidad para tonificar el sistema inmunológico e influir positivamente sobre la salud.
Aunque hasta hace pocas décadas las funciones medicinales de estos hongos se desconocían en Occidente, la farmacopea de la medicina tradicional china ya se servía desde hacía siglos de las propiedades de estos hongos con fines terapéuticos.
Estos hongos son especialmente ricos en polisacáridos, especialmente b-glucanos, que poseen una acción inmunomoduladora excelente y han sido estudiados como anticancerígenos por su capacidad para estimular el sistema inmune sin hiperactivarlo.
Son ricos en oligoelementos, vitamina C, ergosterol (precursor dela vitamina D, con acción antiviral y antitumoral), provitamina A, grupo B, especialmente niacina y riboflavina, estos tres hongos medicinales aportan también al organismo una gran variedad de enzimas y polisacáridos, con gran capacidad para combatir muchas afecciones.
Estos hongos los podemos encontrar en el mercado encapsulados, en polvo o frescos pudiendo realizar con ellos ricas y nutritivas recetas.
Llegados a este punto me gustaría recalcar, una vez más, que todas estas sustancias son inmunomoduladoras, lo que quiere decir que son sustancias que no atacan directamente al agente extraño (virus, bacteria, hongo…) sino que estimulan nuestro sistema inmunológico para que sea él, aumentando la producción de linfocitos, macrófagos, fagocitos…. el que, con sus propios medios ataque al antígeno.
“La negatividad es una de las razones que más debilitan al sistema inmunológico”
A continuación os dejo los enlaces de los productos más interesantes para reforzar vuestro sistema inmune, y que por su puesto encontrareis en cualquiera de nuestros centros. Espero que os sirva de ayuda.